Gran parte de las cepas tiene más de 40 años de antigüedad; algunas rondan los 100 años. Nuestros viticultores fueron pioneros en la instalación de viñedos en espaldera hace medio siglo.
Nuestros viñedos están enclavados en una zona con clima y suelos diferenciados respecto del resto de La Mancha. Aunque cultivamos las mismas variedades de uva, la combinación de terreno y clima confiere a nuestras fruta unas características particulares.
Nuestros suelos profundos franco arcillosos, escasos en materia orgánica, permiten a la uva madurar adecuadamente y concentrar los compuestos necesarios para producir vinos de calidad. Las viñas están situadas a una altitud media de 800 m sobre el nivel del mar.
El clima de la zona se caracteriza por inviernos fríos y veranos calurosos y secos. Durante el verano, cuando se produce la maduración de la uva, el salto térmico entre el día y la noche puede llegar a ser de 20°C. Esta diferencia ralentiza la maduración en beneficio de la calidad de la uva.
Las precipitaciones apenas alcanzan los 500 mm anuales. Sin embargo, al ser fríos los inviernos y los suelos profundos, estas precipitaciones son suficientes para un buen crecimiento de las cepas.
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