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En todo caso, es fundamental mirar la etiqueta y comprender los datos antes de comprar cualquier botella de vino. Los buenos aficionados a esta bebida, además, la consultan también antes de consumirla.
La importancia de la etiqueta del vino
Tres son las funciones básicas que desempeña este elemento gráfico situado en la botella:
La etiqueta, por lo tanto, nos permite identificar el vino que nos gusta y, también, comparar opciones con criterios objetivos. Es especialmente útil cuando nos encontramos con un vino desconocido, que nunca hemos probado y del que no hemos oído hablar. En ese elemento gráfico se recogen todas las informaciones que nos permiten interpretar cómo es.
Qué debemos mirar en la etiqueta de un vino antes de comprarlo
Leer la etiqueta de una botella de vino es, por tanto, un hábito que debemos adquirir. Y no es por esnobismo, para poder presumir de conocer la cultura del vino y hablar sobre ello en la mesa. Fundamentalmente, es necesario para comprar mejor, sabiendo en todo momento qué estamos adquiriendo y cuáles son sus rasgos. Algo, por otra parte, que hacemos siempre al comprar cualquier otro alimento envasado.
Ahora bien, no es suficiente decidir hacerlo: tenemos que aprender a interpretar lo que pone, así como a saber dónde buscar cada contenido. A continuación, enumeramos cuáles son los contenidos más habituales en estas etiquetas.
Incluye el nombre y la imagen. El nombre suele ser el texto más destacado y llamativo, pues se escribe con una tipografía impactante y en mayor tamaño. La imagen, a veces más impactante y memorable que el nombre, es cualquier elemento visual que represente al vino, desde el diseño de la etiqueta o los colores hasta la forma de la botella. Es vital para reconocer en cada momento qué vino hemos comprado y, así, poder repetir su compra si nos gusta. Esa denominación suele ser evocadora e inspira valores y rasgos diferenciales.
Son los tipos de uvas con los que se ha elaborado el vino. Los vinos que están elaborados con un único tipo de uva o al menos de manera mayoritaria (presentes al menos en un 85% del total) se denominan monovarietales. Los vinos que están elaborados con varios tipos de uvas se denominan plurivarietales.
Aunque en algunos vinos no figura porque no tienen una cosecha concreta, como los jereces o cavas que suelen provenir de mezcla de vinos de diferentes años, la mayoría de vinos proceden -en un porcentaje elevado- de una añada concreta y este dato debe figurar en la etiqueta.
El vino es una bebida con un porcentaje de alcohol que suele oscilar entre el 12 y el 15 % respecto al volumen total del líquido. Este indicador debe estar presente en la etiqueta, a menudo aparece en alguna de sus esquinas. Algunos vinos, como los generosos, suelen tener graduaciones algo superiores.
La gran mayoría de vinos del mercado son secos, este término quiere decir que no son dulces, es decir que prácticamente no tienen azúcar. Sin embargo otros vinos si poseen mayores cantidades de azúcar como los espumosos. En vinos espumosos, se suelen etiquetar con alguno de los siguientes términos: extra brut, brut, brut nature, extra seco, seco, semiseco y dulce; que nos indican el contenido en azúcar de menor a mayor cantidad.
Puede hacer referencia a la bodega productora o elaboradora. En cualquier caso, nos permite conocer quién ha producido ese vino. Esto nos sirve, en primer lugar como una garantía para poder recurrir a ella en caso necesario. Además, es importante para poder seguir comprando —o, en su defecto, evitando— el vinos. Si la empresa que vende el vino no es una bodega y se trata de una empresa comercializadora, es decir el embotellado se ha realizado en una empresa distinta, también debe constar esta información mencionada habitualmente como «RE», es decir «registro embotellador».
Cuando la botella pertenece y cumple los requisitos de una D.O.P. determinada, esta denominación (sea DO, DOCa, VP, VC, IGP,…) aparecerá destacada en algún lugar de la etiqueta.
Las uvas contienen sulfitos, además la mayoría de bodegas les añaden una pequeña cantidad adicional durante la elaboración a fin de garantizar la salud de los consumidores. Por tanto, todos los vinos deben incluir la frase «contiene sulfitos» en sus etiquetas para informar a posibles consumidores alérgicos a este componente, tal y como obliga la ley.
En este sentido, es importante saber qué cantidad de vino estamos comprando. Lo habitual son las botellas de 75 cl, pero también las hay de 1,5 l, de 37,5 cl y packs de 1 l. entre otros formatos.
Además, muchas bodegas deciden incluir contenidos que ayudan a seducir al potencial comprador. Entre otros, nos referimos a:
Definitivamente, para entender la etiqueta del vino solo hemos de tener en cuenta estas informaciones y a qué responde cada concepto. Al comparar dos etiquetas de vinos distintos, obtendremos información descriptiva útil para distinguirlos. Con todo, leer la etiqueta con atención e ir ganando experiencia son las claves para acertar al comprarlos.
Fuente: Vinetur.com
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